Estoy realmente flaca, empiezo a verme muy fea. Por tal motivo, mi imagen para mostrar actual en el messenger no deja mucho a la imaginación, pues me veo mejor desnuda que vestida. Ayer que tuve que salir a un trámite doméstico y aburrido, no tenía qué ponerme pues todo se me ve mal. Los pantalones nadan en mis caderas huesudas, con blusas de tiras parezco radiografía (mostrando puro hueso). De manera que debo considerar seriamente volver al gimnasio para recuperar mi figura. Solo que casi no tengo tiempo.
Así que dada mi imposibilidad de poder regresar a rodearme de fierros y de hermosos hombres musculosos, tendré que inventarme formas de desviar la atención del hueso al pellejo:
· El primer paso lo di al poner esa foto mía cuasi en bolas, la pregunta general es “esa eres tú”. Mi respuesta automática: “no, es mi gemela malvada”. Por alguna extraña razón me veo bien sin ropa, asi que … Y los cyber piropos me sientan de maravilla.
· Como no puedo salir desnuda a la calle, trato de buscar en mi ropero lo que se me ajuste. Consejo para las flacas, no usen mucho trapo, parecerás perchero. Hay que tratar de usar la ropa ajustada. Las blusas que me favorecen ahora en este estado de oseo-exhibicionismo (que lindo que escribo), son aquellas de cuadros, estampados grandecitos, con arandeles y cintas. Se ve mejor de lo que se oye. La idea es dar volumen.
· Cuando estoy demasiado esquelética, uso faldas. Sí, faldas, se me ve mejorcita. Eso de ocultarse tras la ropa es de cobarde. A enseñar los sorbeticos.
· Como yo ya soy una cuarentona potencial, no puedo darme los gustos que lustros atrás me daba colocándome aretes, collares y cosas “de pelada”. Hay que asumir la edad. Envejezcamos con dignidad señoras. Nada de usar bolsos de Sanrio si tienes una hija a la que le luciría mejor.
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